Inquietud surge en la comunidad inmigrante de Lake Tahoe
Preocupación.
Así es como los miembros de la comunidad inmigrante de South Lake Tahoe describen como se sienten en medio del fervor nacionalista que ayudo a elegir a Donald Trump a la Casa Blanca este otoño pasado y las ordines ejecutivas que el presidente ha firmado desde que asumió el cargo.
Y mientras que unas de las instituciones importantes, como el departamento de policía y el colegio, han contrarrestado unas cosas de esta negatividad, la vida en estos días se siente mucho más diferente de lo que se sentía hace un año.
“La comunidad se siente muy preocupada de estas restricciones y ordines ejecutivas,” dice Bill Martinez, director ejecutivo del Centro de Recursos Familiares de South Lake Tahoe, una organización no lucrativa que trabaja con otros para proveer servicios, oportunidades educativas, apoyo a la familia y consejería bilingüe para niños y adultos.
El presidente Trump tardo muy poco tiempo en actuar para cumplir sus promesas de campaña que mantenían el mensaje de “América primero.” Días después de ser jurado a la oficina presidencial el 20 de enero, el presidente firmo dos órdenes ejecutivas.
Una de estas órdenes amplio la priorización de la aplicación para incluir, entre otras áreas, a los que “en el juicio de un oficial de inmigración, de otra manera ponen en riesgo la seguridad pública o la seguridad nacional.” La misma orden ejecutiva fue lo que se identificó ampliamente como la represión del presidente sobre las “ciudades santuario.” La orden establece que las jurisdicciones del santuario que se niegan a cumplir serán inelegibles para recibir dinero federal, “excepto cuando se considere necesario para fines de aplicación de la ley por el Ministro de Justicia o el Secretario.”
Dentro de las otras provisiones que están incluidas en la orden para “Mejorar la Seguridad Publica en el Interior de los Estados Unidos”, la directiva también habla de expandir el programa que permite a la policía estatal y local aplicar la ley federal de inmigración.
Las órdenes ejecutivas del presidente causaron muchos rumores entre los miembros de la comunicad inmigrante local.
“Definitivamente hemos tenido un alto volumen de correos electonicos y llamadas telefónicas,” dijo Cristina M. Hughes, abogada de inmigración.
Hughes tiene una extensa gama de clientes, incluyendo varios que están en diferentes etapas del proceso de hacerse ciudadanos estadounidenses, y algunos que son indocumentados. Estos últimos, Hughes expreso en una entrevista con el periódico The Tribune en Febrero, se sienten especialmente atemorizados.
“Definitivamente hemos notado que hay mucho temor y eso quebranta nuestro sentido de comunidad y seguridad publica…la gente no se siente cómoda para contactar a la policía.”
Esta es la misma preocupación que el jefe de la policía de South Lake Tahoe Brian Uhler esperó disminuir en un memo que mando en enero al ayuntamiento municipal.
En resumen, Uhler escribió, todos en la comunidad de South Lake Tahoe, sin importar el estado migratorio deben sentirse cómodos ayudando al departamento de policía.
“El departamento de policía de South Lake Tahoe tiene desde hace mucho tiempo la postura de no seguir los casos relacionados a inmigración. Esta filosofía está basada en la creencia de que manteniendo buenas relaciones y una buena comunicación con esas personas que pueden ser víctimas de tráfico humanos y/o víctimas de un crimen, se deben sentir cómodos reportando este tipo de crímenes sin miedo a ser deportados o un tipo de acción relacionada con inmigración en contra de ellos.
‘¿Que hacen aquí?’
Este y otros mensajes han ayudado, pero incluso aquí en South Lake Tahoe algunos inmigrantes han notado un cambio desde los primeros días de la campaña presidencial.
“Ellas se sienten incomprendidas… son buenas ciudadanas, trabajan, y no son lo que el Sr. Trump expresa de todos los Mexicanos, también sienten que no es verdad ni justo,” dijo Luz Maria Zepeda, promotora del Centro de Recursos Familiares.
Zepeda ayudo como traductora en la entrevista entre el periódico The Tribune y un grupo de mujeres que vinieron de México, quienes sienten que South Lake Tahoe ha sido su hogar por los últimos de 10 años.
“Aunque estén aquí bajo diferentes circunstancias… ellas son buenas ciudadanas… contribuyen a la comunidad y no toman ventaja de ningún programa…” Zepeda dijo después de un intercambio de ideas con las mujeres del grupo — del que todas estuvieron de acuerdo de hablar con el periódico The Tribune bajo la condición de no ser identificadas.
Ahora hasta un viaje al supermercado se siente diferente, dijo L.A., quien ha sido residente en South Lake Tahoe desde hace 13 años, quien prefirió usar sus iniciales. La mayoría de las veces son solo miradas, pero en algunas ocasiones han sido mensajes bastante evidentes de intolerancia.
Intercambiando entre inglés y español, L.A. explico que recientemente estando conversando con un pequeño grupo en español en la biblioteca una persona se acercó para decirle que se regresara a México.
Rosa, una residente por 10 años en South Lake Tahoe , que originalmente vino a los Estados Unidos para estar con su esposo, agregó que hay una actitud general que se puede resumir en una pregunta: ¿Qué estás haciendo aquí?
Otra mujer, que eligió ser identificada como María, dijo que le preocupa que la reciente retórica impida que los miembros más jóvenes de la comunidad tengan éxito.
María, que también ha vivido en South Lake Tahoe durante 13 años, recordó un incidente reciente en la escuela de su hija donde un estudiante perdió un artículo personal y acusó a un estudiante latino de tomarlo. La cuestión se resolvió rápidamente, pero alimenta el temor compartido de que los miembros más jóvenes de la comunidad hispana se enfrenten a la adversidad añadida, dijo María.
Las instituciones educativas de Lake Tahoe South Shore han tratado de combatir las preocupaciones.
A principios de febrero, el superintendente y presidente del Colegio Comunitario en South Lake Tahoe, Jeff DeFranco, emitió una declaración asegurando que la universidad pondría sus oportunidades a disposición de todos. “Nuestras puertas están abiertas para todos los estudiantes de LTCC, y estamos con nuestros Soñadores y Estudiantes Internacionales”, dijo DeFranco.
Más tarde ese mes, la junta del colegio aprobó por unanimidad una resolución apoyando a estudiantes indocumentados y la diversidad del colegio.
Los maestros en el Distrito Escolar Unificado de Lake Tahoe también han sido muy serviciales, dijeron las cuatro mujeres – todas las cuales son madres – entrevistadas por el Tribune. Sin embargo, se preocupan por los efectos negativos del diálogo nacional sobre la inmigración y los inmigrantes.
“Los Niños han tenido miedo, independientemente de si sus padres están aquí legal o ilegalmente”, dijo Zepeda en la interpretación de María.
En ese momento, el hijo de 8 años de L.A. se sentó en el regazo de su madre y dijo que le preocupa que su familia va a ser separada. Con los ojos pesados, sacudió la cabeza, sí, cuando se le preguntó si se sentía asustado.
Una cosa es segura, todas las mujeres dijeron: Esta es su casa y aquí es donde pertenecen.

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